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ENTREVISTAS: Palabras para un militante de ACA "Vivamos una verdadera Comunión Eclesial"

lunes, 29 de junio de 2009

Muy buenos días, y ante todo permítanme agradecer esta invitación. Realmente preparar esta charla me ha trasladado en el tiempo (el cual debo confesar que es mucho) en el que me inicié en esta hermosa epopeya que es la Acción Católica Argentina.

Si bien mi juventud y las circunstancias me alejaron temerariamente de la vida activa de la Iglesia, la llamita que la JAC encendió en mí no se apagó, y luego, gracias a mi esposa y a mis hijos la saqué de debajo de la mesa, para cumplir con lo que nos dice el Evangelio.

Me han pedido que hable sobre la importancia de vivir una verdadera Comunión Eclesial, y en mi caso particular en la externa a la Acción Católica, dado que junto con mi esposa somos los responsables de la Catequesis Especial en la Parroquia Jesús en el Huerto de los Olivos. Y eso trataré de hacer, pero pidiendo disculpas por mi deformación profesional. Voy a hablar sin apartarme de nuestros estatutos. No es mi intención analizarlos, todo lo contrario, sólo intento darles una vida activa en cada uno de ustedes.

Lo primero que he leído dice: "La Acción Católica Argentina, que es una asociación de laicos que libremente se reúnen para fines formativos de estudio y de acción pastoral, debe ser el fermento y servir a la comunidad eclesial. Requiere de la ACCIÓN CATÓLICA ARGENTINA un compromiso humilde y generoso de reunir y formar grupos de cristianos que se asocian con el deseo de hacer más responsable y eficaz su servicio pastoral a la comunidad."

Creo que este párrafo de la introducción de los Estatutos debe estar siempre presente en todos los delegados, sin excepción, dado que nos muestra dos aspectos básicos a desarrollar en la Accionca:

Por un lado, que los fines formativos que se deben llevar a cabo con sus miembros es para ser "el fermento". Esto quiere decir que no debemos preparar a los jóvenes para que se desarrollen solamente dentro de la institución. Prepararlos para ser fermento quiere decir enseñarles la Palabra de Cristo y encenderles esa llamita a la que me refería antes para que su luz muestre el Evangelio en todas partes. En donde sea requerido.

El otro aspecto, lo considero aun más importante. Habla del servicio a la comunidad, y explícita el servicio más importante, el pastoral. La cuestión es que el servicio pastoral no se puede hacer dentro de la Accionca, hay que salir; se debe estar con la gente,... individualmente y como institución.

Para que vean que no estoy errado en mi apreciación, es conveniente leer otro párrafo de los Estatutos, que dice así: " En este sentido, para ser fermento y servicio en la comunidad eclesial, la Acción Católica Argentina deberá estar atenta a las exigencias de los distintos ambientes y de las distintas mentalidades para que, con el aporte de cada uno y la recíproca comprensión, los cristianos sean una sola cosa, y el mundo los reconozca y crea."

No piensen que es casualidad que el lema para la última asamblea del milenio es justamente "Seamos uno, para que el mundo crea". Esto nos está indicando hasta qué punto la Accionca está preocupada por la necesidad de abrirse al mundo pastoral y de participar activamente en el proceso de la nueva evangelización que el Papa promueve y a la que llama a todos los movimientos eclesiales. No nos olvidemos que "La Acción Católica Argentina entiende al apostolado como servicio de una caridad que participa a los hermanos del don del Evangelio que ha recibido y promueve en sus participantes una coherencia entre fe, caridad y vida: para ello pone como esencial el compromiso de la respuesta personal y comunitaria" Y espero que esta frase les haya gustado, dado que no es mía sino de los ya nombrados Estatutos.

Para ello, es misión de las autoridades de la diócesis y de las distintas parroquias compenetrarse de las necesidades de los demás movimientos. Se cuenta con un potencial humano que puede responder a cualquier necesidad; pero no basta tenerlo, los dirigentes deben saber que está.

Para aquellos de los presentes que no son de la comunidad del Huerto debo contarles, ( y de paso invitarlos) que todos los años, y desde hace ya nueve todos los terceros sábados de octubre llevamos a cabo unas jornadas deportivas para los chicos especiales de toda la diócesis. En total participan más de doscientos chicos, cien catequistas e igual cantidad de padres. Se pueden imaginar que cuando comenzamos a organizar la primera nos preguntábamos como diablos (si esta puede ser justamente acá una expresión acertada) íbamos a poder organizar semejante actividad muy poquitas personas. .. Pero, dada nuestra cercanía afectiva con la JAC, le pedimos ayuda.
Para hacerla corta, como dicen ahora, sin la JAC no podemos ni pensar en hacerlas. Ya son parte esencial de nuestra catequesis.

Por supuesto que les damos las gracias. Siempre lo hacemos. Pero si no fuera por ese contacto diario a través de nuestros hijos, no los hubiéramos consultado. Y sin esa consulta no se hubieran realizado las jornadas. Y sin las jornadas no se hubiera constituido el Equipo Diocesano de Catequesis Especial. Y no se hubieran formado diez centros más. Aunque ustedes no lo crean, gracias a que les pedimos ayuda existe en la diócesis de San Isidro una Catequesis Especial estructurada y en funcionamiento.

Ahora quiero que se pregunten... por no acercarse ustedes a otros movimientos que no los conocen, ¿cuántas necesidades como las que pudimos lograr nosotros no se están realizando?

Si "la realización del fin general de la Iglesia determina que la Acción Católica Argentina se encuentra en actitud de disponibilidad y de colaboración total bajo la guía de la Jerarquía. Y esto significa que su tarea es la inmediata colaboración con el obispo "; ¿por qué permitimos que nuestros hermanos de las tres secciones del Delta del Paraná no tengan la posibilidad de recibir nuestra ayuda, estando a sólo una hora de viaje de nuestros hogares?.

Como dirigentes de Iglesia. ¿Estamos conscientes de cómo escondemos nuestros talentos? Y lo que es peor, ¿estamos consientes que permitimos que otros, que confían en que le estamos enseñando el camino de Cristo, no los compenetramos de la necesidad de hacer uso de la caridad cristiana?.

Cuando Christian me invitó a esta charla me dijo que quería que hablara de mi experiencia personal, lo cual los obliga a escuchar cosas que me han pasado, pero que creo que viene al caso para que ustedes como dirigentes del nuevo milenio no cometan las mismas faltas que los que somos del milenio que se va.

Mi anécdota es que ya con treinta y pico de años decía que Dios de alguna forma me iba a jorobar, dado que me las daba todas a mi favor, buena posición (en ese momento), tiempo, inteligencia... así que seguro me mandaría algún problema para compensar. Pero no me mandó un problema, me mandó la solución. Aunque muchas veces había estudiado la parábola de los talentos en ese momento la comprendí. Los talentos son algo concreto en un individuo. Todas esas cosas mías son talentos, y yo los estaba enterrando.

Desde ese momento soy catequista, aunque debo confesar que tardé mucho en descubrir cuál era el área de trabajo en la que no sólo podía ayudar, sino en la que personalmente me podía desarrollar humana y espiritualmente.
Si bien esto pasó hace ya trece años, ahora que estaba preparando esta charla es que me puse a pensar que si mis delegados en su momento hubieran tenido un plan de acción que me permitiera accionar en distintas áreas de pastoral, yo habría sabido hace mucho lo que me gustaba y dónde me sentía a gusto ayudando, donde ayudar a la Iglesia y al otro era ayudarme e mí mismo.

Porque otra misión de la Accionca es "Capacitar o impulsar a sus miembros para que, como laicos, asuman personalmente la función que les compete en la instauración cristiana del orden temporal." Esto quiere decir que cada uno de ustedes debe participar además, como miembro individual de la Iglesia en otros ámbitos.

En el Huerto la Accionca no sólo asiste a la Catequesis Especial en las jornadas deportivas. Contamos con cuatro catequistas que son delegados, una de ellas que hace seis años que está con nosotros y otras dos están estudiando especialidades afines. Y no debemos olvidarnos de aquellos miembros de la JAC (algunos actuales delegados también) que en su momento fueron catequistas.

Todos ellos pudieron hacerlo porque contaban con la preparación que ustedes realizan, pero también con el convencimiento de que su misión como cristianos comprometidos está dentro y fuera de la Accionca.

Como dice la vieja canción de la JAC. Somos soldados de Cristo. Por lo tanto, en la particular escuela militar que es la Acción Católica Argentina, debemos preparar a cada uno de sus miembros para el arma y la especialidad en la que son útiles, versátiles y afines.

Por lo menos en mi caso, porque creo que no es correcto generalizar, no me enseñaron a participar en otro sector de la Iglesia demostrando que era un miembro de la Accionca. Ustedes no saben de lo que me perdí. Lo supe recién ahora, y gracias a mis hijos, que hace poco me restituyeron en una hermosa ceremonia en el comedor de mi casa el escudo que el tiempo había perdido y que ahora uso con más orgullo que antes. A ustedes les parecerá raro, pero es verdad, me paran por la calle. Un día en la universidad parecíamos un congreso de dinosaurios hablando de nuestros años pasados, todo simplemente porque iban pasando los profesores y me veían el escudo.

Creo que los delegados, las autoridades diocesanas y parroquiales, y en realidad todos los oficializados que participan en la preparación de los jóvenes deben asumir como laicos, responsables el compromiso de interesarse por un crecimiento constante en la fe, para mejor servir a los hombres y por estudiar la realidad y las condiciones para realizar una acción pastoral adecuada. (Otra vez no es frase mía, sino de nuestros Estatutos.)

Mis queridos delegados, la Accionca como parte de la sabiduría de la Iglesia ha designado como santo patrono de los delegados de aspirantes a San Juan Bosco, y esto no es arbitrario. Don Bosco, como lo llamamos los exalumnos salecianos, tenía muy clara cuál era la preparación necesaria para un joven: conocimiento de la Palabra de Dios, y una vocación de servicio en grupo e individual. No hay mejor ejemplo de ello que su gran discípulo, Santo Domingo Savio; el que tampoco por casualidad es el patrono de los jóvenes.

Bueno, no hablo más, me despido haciendo referencia a mis palabras de inicio y pidiéndoles que por favor no enciendan en cada joven una lámpara para ocultarla bajo la mesa de la Accionca, ustedes tienen el deber de encenderla para que alumbren de por sí y con el combustible super extra Acción Católica Plus. Que cada chico que ustedes preparan tiene que tener cargado en su corazón.

Muchas gracias.

Luis Luis A.J. Olaizola

Responsable de la Catequesis Especial
en la Pquia. Jesús en el Huerto de los Olivos
San Isidro, pcia. de Buenos Aires, Rep. Argentina

1 Comentarios:

Cristian M. Gatti dijo...

Esta bueno el mensaje!