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FORMACION A.C.A.: Contexto Histórico de su creación; Organizacion, mision y notas de la A.C.A.; y la A.C.A. y la Evangelizacion

domingo, 26 de abril de 2009

ACCIÓN CATÓLICA:CONTEXTO HISTÓRICO DE SU CREACIÓN
Su gestación se remonta a fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando el auge del liberalismo y el comunismo puso en guardia al Vaticano. Preocupada por las amenazas, la Iglesia consideró que los esfuerzos de sus prelados no eran suficientes para afrontar los desafíos ideológicos.
Su Santidad Pío XI dirige su mirada a los laicos. Hace entonces un llamado especial a los seglares para que estrechen filas en torno a la Iglesia y tomen una posición más comprometida con su jerarquía. Surge, así, la Acción Católica
El Episcopado argentino no tardó en conformar la versión local de la incipiente entidad: la Iglesia vernácula se sentía acechada por el liberalismo laicista. . Así las cosas, a fines de los años 20, el Episcopado envió a Roma a cuatro sacerdotes -entre ellos a Antonio Caggiano (considerado el "padre" de la ACA y a la postre cardenal primado)- para estudiar el modelo italiano de la nueva institución.
En 1931, los obispos anunciaron la creación de la Acción Católica Argentina. Su confirmación como el gran brazo laico de la Iglesia argentina llegó tres años más tarde, al tener una participación decisiva en los preparativos y el desarrollo del Congreso Eucarístico Internacional, de 1934. El encuentro fue el hecho religioso más importante del catolicismo nacional durante el siglo XX por lo multitudinario y fervoroso. Constituyó una bisagra en la historia de la Iglesia en el país, gracias -en buena medida- a la Acción Católica.
Concepto y origen de la Acción Católica
En el fondo, como nos lo enseña el mismo Soberano Pontífice, no es ninguna novedad ni el concepto ni la práctica de la Acción Católica. Consiste ésta en adaptar a las necesidades y circunstancias actuales del mundo aquella cooperación que prestaron, desde el principio de la Iglesia, los fieles de ambos sexos a los Apóstoles y a los Pastores jerárquicos de cada territorio, para ayudarles en la gran obra de la evangelización del mundo y de la difusión del reino de Dios en la tierra, bajo la dirección inmediata de los mismos Apóstoles y Pastores.
El Apóstol San Pablo, en sus inspiradas Epístolas no se cansa de manifestar su profunda gratitud y cariño a los fieles de ambos sexos, tanto casados como solteros, que, bajo su dirección, se dedicaban a los trabajos apostólicos, verdadera y genuina Acción Católica de aquellos tiempos.
Baste citar, por vía del ejemplo, lo que escribía a los Romanos: 'Os recomiendo a nuestra hermana Febe, que está al servicio de la Iglesia de Cencrea...Saludad a Prisca y a (su esposo) Aquila, que trabajaron conmigo en Jesucristo...Saludad a María, que trabajó mucho entre vosotros...Saludad a Andrónico y a Junia, mis allegados y concautivos, que se han señalado en el Apostolado...Saludad a Trifena y a Trifosa, que trabajan en el Señor. Saludad a nuestra amada Preside, que trabajó mucho en el Señor (Epístola de los Romanos, XVI)
Esta misma generosa ayuda pide hoy al pueblo cristiano el Romano Pontífice y el Episcopado católico. Los tiempos son duros para las almas: el paganismo de las ideas y de las costumbres se va enseñoreando de los pueblos y de los gobiernos, de las leyes, de la prensa, de las cátedras y de la vida social, de las diversiones públicas y de las relaciones domésticas; el Clero es escaso y pobre de recursos; la impiedad se organiza, para hacer cada vez más eficaces, sistemáticos y formidables sus ataques. Si los hijos de Dios permanecen aislados, desorganizados, e inactivos, serán arrollados por los hijos de la antigua Serpiente, que quieren establecer en el mundo el reino de aquella Bestia del Apocalipsis que promete libertad a todos los instintos materialistas.
Adaptación a las necesidades actuales.
No podremos luchar contra los nuevos enemigos y contra la nueva táctica, con las armas de antaño y con la táctica de otros tiempos.La nueva organización del apostolado seglar, denominada Acción Católica, es un regalo que nos envía la divina Providencia, para ayudarnos a triunfar con mayor éxito, en las nuevas batallas del Señor.Todos los Papas de los últimos tiempos han ido modelando y perfeccionando, con sucesivos aportes, el plan adoptado, hasta que le ha dado su forma definitiva y lo ha sometido a la prueba de la experiencia, en el centro mismo del orbe cristiano, el actual Vicario de Cristo, nuestro gran Pontífice Pío XI.Nosotros nos hemos sentido felices al adoptar el plan mencionado, acomodándolo a las condiciones especiales de nuestra Patria.
La Acción Católica y las cofradías piadosas
Para evitar confusiones queremos añadir unas breves advertencias
La Acción Católica no es una cofradía piadosa. Su fin directo e inmediato no es el bien particular de cada socio, sino el ejercicio de un apostolado orgánico, para reafirmar y extender más y más en nuestro pueblo el reinado social de Jesucristo. La perfección y la santidad individual, que promueven y conservan las cofradías piadosas, es una condición y prerrequisito indispensable, en los socios militantes de la Acción Católica, para que su actuación sea espiritualmente fecunda y eficaz; es también una consecuencia que fluye naturalmente del ejercicio del apostolado cristiano; pero no es su finalidad social específica, ni el carácter que la distingue de todas las demás sociedades.
La Acción Católica y las obras económico-sociales
No hay que confundir tampoco la Acción Católica con la acción económico-social. Esta última, en los asuntos relacionados con los principios religiosos y morales, debe preocupar a los militantes de la Acción Católica, para infundir en ella el espíritu cristiano, como en todos los demás organismos sociales; puede también la Acción Católica preparar dirigentes y colaboradores aptos, para que trabajen con fruto en las obras económico-sociales; puede, finalmente, celebrar con éstas ciertos convenios o alianzas que redunden en mutuas ventajas sociales; pero nunca debe olvidar la Acción Católica que su carácter distintivo es el apostolado espiritual, bajo la directa dependencia de la Jerarquía Eclesiástica, y que no debe comprometer su dignidad ni la de la Iglesia, con responsabilidades y deberes de orden exclusiva o predominantemente material.
La Acción Católica y las asociaciones religiosas
Además, si bien es cierto que las Asociaciones Religiosas, de beneficencia, o de apostolado, por su finalidad y por sus mismas formas de organización peculiar son, por eso mismo, distintas de la Acción Católica propiamente dicha, queremos, sin embargo, recordaros que ellas son y serán las verdaderas y providenciales auxiliares de la misma, manteniendo siempre su fisonomía y autonomía propias en el trabajo tan laudable y fundamental de formación espiritual y ejercicio de la piedad y caridad, con que preparan las almas para el apostolado. Por lo cual hacemos nuestra la recomendación del Emmo. Card. Secretario de Estado Mons. Pacelli a la Acción Católica Italiana: ' Su finalidad y las indicaciones, de la Santa Sede principalmente en recientes cartas pontificias, exigen que entre estas instituciones (religiosas) y la de la Acción Católica reine siempre una mutua cooperación, la cual al mismo tiempo multiplique y coordine su eficacia, para bien de las almas y para ventaja de la Iglesia'
La Acción Católica y la política


Declaramos también solemnemente que la Acción Católica está fuera y por encima de todos los partidos políticos, lo mismos que la Iglesia Católica.
Siempre que la política no atente contra el depósito intangible de principios religiosos y morales, cuya custodia encomendó Jesucristo a la Iglesia, en virtud de su Autoridad Divina, anterior y superior a todas las Autoridades del mundo y a todas las soberanías del cielo, de la tierra y de los infiernos, la política no debe temer nada de la Iglesia ni de la Acción Católica.
Si alguna vez la política se convirtiese en agresora injusta de ese depósito sagrado, la Iglesia cumpliría con el doloroso deber de rechazar la agresión, con las armas espirituales de que la dotó su Divino Fundador, cuidando muy bien de no descender al plano de los partidismos políticos y de los intereses personales.
Llamamiento a los católicos
Es Dios el que nos llama, por medio de nuestros legítimos Pastores, para trabajar en el engrandecimiento del reino de Jesucristo, en nuestra querida Patria. “Es necesario que Él reine” (Epístola I a los Corintios, XV, 25) '
Ofrezcamos primeramente la cooperación a nuestro párroco. La parroquia es la primera célula del organismo de la Acción Católica. Allí está la raíz. De allí ha de venir la savia más fecunda y vigorosa.
Agrupemos todos los organismos parroquiales, en torno de nuestro Obispo, por medio de las Juntas Diocesanas. Porque es absurdo el ejercicio de un apostolado jerárquico, sin sujeción a la Jerarquía.
A su vez, los organismos diocesanos concentrarán y coordinaran sus esfuerzos, constituyendo un solo Cuerpo Nacional, que secundará fielmente el movimiento impreso a la Acción Católica del mundo entero por la Suprema Autoridad Jerárquica de la Iglesia.
Consideremos la alteza de la dignidad cuasi sacerdotal a que somos llamados. Los socios militantes de la Acción Católica, según lo dice el mismo Pio XI, en su hermosa Carta al Cardenal Segura, 'son llamados, por una muy singular gracia de Dios, para esta obra tan semejante al sacerdocio, puesto que la Acción Católica no es otra cosa que el apostolado de los fieles, que, bajo la guía de los Obispos, ayudan a la Iglesia y completan, en cierta manera, su misterio'.
Nada tenemos que añadir a estas palabras, para convencernos de la importancia del llamamiento que nos dirigen.




ACCIÓN CATÓLICA:ORGANIZACIÓN, MISIÓN Y NOTAS

CÓMO ES NUESTRA ORGANIZACIÓN
Dado que la Acción Católica existe para servir a la pastoral de la Iglesia, asume, como ésta, su presencia en tres niveles: nacional, diocesano y parroquial.
La ASAMBLEA es, en cada nivel, el organismo máximo de unidad, comunión, participación, conducción y decisión de la Acción Católica.
La característica estructural de la unicidad implica la presencia de un solo organismo ejecutivo encargado de conducir la actividad formativo- apostólica de la Institución en cada nivel, que es el CONSEJO con un único Presidente.
La existencia del Área de Sectores, abre la perspectiva de que la Acción Católica se incorpore a esa pastoral.
La existencia del Área Aspirantes permite una atención más integral, asumida por los jóvenes y por los adultos lo que permite una acción mancomunada y a la vez complementaria en la atención y formación de los niños.
El Equipo de Formación tiene como misión desarrollar programática y metodológicamente los contenidos y recursos prácticos para el proceso de formación integral de militantes y dirigentes de las diversas Áreas.
En las parroquias el Equipo de Servicios asume la misión de animar la tarea de evangelización y promoción humana a través de las obras concretas.

LA ACCIÓN CATÓLICA EXISTE PARA LA EVANGELIZACIÓN
La Acción Católica, como Institución eclesial, tiene la misión de evangelizar y esta finalidad es la que determina su modo de inserción en la Iglesia, su estilo de vida y su organización.Evangelizar significa llevar la Buena Nueva a ‘todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde adentro, renovar a la misma humanidad.
La Acción Católica tiene el compromiso ineludible de ser profundamente evangelizadora, anunciadora con la palabra y con las obras, de la dignidad del hombre, como hijo de Dios redimido por Cristo.
La Acción Católica para ser fiel a su misión debe lograr que sus grupos y organismos de conducción estén comprometidos en el servicio concreto al hermano en su promoción humana.Es necesario mirar cara a cara este mundo nuestro con sus valores y sus problemas, sus conquistas y sus derrotas, porque ese es el campo donde los miembros de la Acción Católica están llamados a vivir su misión.
El gran servicio de la Institución es LA EVANGELIZACIÓN en todas sus dimensiones:
lo pastoral
lo ambiental
lo misionero
Como una respuesta concreta proponemos los SERVICIOS, ‘como una propuesta de trabajo mediante una metodología concreta, sencilla, apropiada a los requerimientos de la realidad y a la naturaleza institucional’.
Así los servicios aparecen como una actividad de un grupo de miembros de la Acción Católica, que realizan a fin de dar una respuesta activa, efectiva y adecuada a una necesidad detectada en el ambiente.En los servicios, los laicos de la Acción Católica concretan su solidaridad y compromiso poniendo en común sus competencias humanas y capacidades, sus dones para ayudar y promover al hombre.
Estos servicios expresan la organicidad de nuestra Institución y abren una espacio de unidad y participación, y a la vez permiten que en ellos se integren los miembros de las distintas Áreas, según sus intereses, talentos y posibilidades, así como personas que no siendo de la Institución desean cooperar en la construcción de un mundo más humano.

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